martes, 13 de noviembre de 2012

DOCUMENTACIÓN SOBRE HABILIDADES SOCIALES Y METODOLOGIA

El día 8 emplee el tiempo de mis prácticas en documentarme sobre las técnicas de modificación de conducta y elegir las mas educuadas para introducirlas en el aula como una nueva metodología. Despues de la consulta realizada a paginas web y libros del Departamento de Orientación, tomé la decisión de emplear varias técnicas de modificación de conducta simultaneamente, con el objetivo de elaborar un programa de habilidades sociales personalizado para estos alumnos y ayudar a las profesoras y familias en su elaboración, implantación en el aula y en el hogar y su posterior seguimiento.
 
De toda la documentación consultada, cabe destacar lo siguiente:
Habitualmente cuando un/a niño/a emite una conducta agresiva es porque reacciona ante un conflicto. Dicho conflicto puede resultar de problemas de relación social con otros/as niños/as o con los mayores, a la hora de satisfacer los deseos del propio niño, problemas con los adultos surgidos por no querer cumplir las órdenes que éstos le imponen, problemas con adultos cuando éstos les castigan por haberse comportado inadecuadamente, o con otro/a niño/a cuando éste/a le agrede.
Programa de habilidades sociales para estos alumnos:
·       Ciertas condiciones proporcionan al/la niño/a señales de que su conducta agresiva puede tener consecuencias gratificantes  El tema es no recompensar la conducta agresiva.
·       Debemos reducir el contacto del niño con los modelos agresivos., conviene suministrar al niño modelos de conducta no agresiva. Muéstrele otras vías para solucionar los conflictos: el razonamiento, el diálogo, el establecimiento de unas normas. Si
·      El alumno ve que los adultos tratan de resolver los problemas de modo no agresivo, y con ello se obtienen unas consecuencias agradables, podrán imitar esta forma de actuar.  (modelado)
·       Reduzca los estímulos que provocan la conducta. Enseñe  a permanecer en calma ante una provocación. ( técnica de la tortuga)
Refuerzo de las conductas asertivas (adecuadas) con elogio y reconocimiento de las familias y profesoras 
Entrenamiento en habilidades contrarias a la agresión:
·       Habilidades cognitivas: inducir en ellos pensamientos totalmente contrarios a los suyos habituales.
·       Ejercicios de relajación.(técnica de la tortuga)
·       Juegos de inducción a la tranquilidad. Para ello se puede practicar en casa  y en el aula ordinaria la ” técnica de la tortuga”:
Es un juego en el que se imaginan que son una tortuga que se esconde en su caparazón, doblando y juntando los brazos a sus cuerpos inclinando la cabeza y cerrando los ojos.
Relajan sus músculos para hacer frente a las tensiones emocionales.
Buscan respuestas alternativas adecuadas socialmente para solucionar sus problemas.
¿En qué circunstancias han de adoptar  la respuesta de la tortuga?
  • Cuando un/a niño/a se dé cuenta de que va a agredir
  • Cuando  está frustrado/a, enfadado/a o a punto de iniciar una rabieta.
Técnicas de modificación de conducta
A)   Retirada de la Atención
 Se trata de que, ante una conducta inadecuada dejemos automáticamente de prestar atención al alumno. Este modo de actuar se justifica bajo la hipótesis de que el niño efectúa tales manifestaciones para reivindicar ciertas demandas o llamar la atención del adulto. El niño puede estar acostumbrado a conseguir lo que desea mediante este comportamiento (refuerzo positivo).
Para utilizar la técnica debemos tener claros los objetivos y el método que debemos utilizar:
1- OBJETIVO: Enseñar al niño que efectuando estas  no va a conseguir nada.
2- MÉTODO: Si retiramos la atención que préstamos al niño (refuerzo positivo) inmediatamente después de la aparición de las respuestas inadecuadas, éstas tenderán a desaparecer.
3-FORMA: ¿Cómo hay que hacerlo?
Cuando aparezcan las conductas inapropiadas actuar de la siguiente manera: Retirar la atención inmediatamente.
Una vez que la conducta empiece a bajar de tono puede progresivamente prestarle atención de nuevo.
B)    La técnica del Tiempo Fuera
Esta técnica supone una variación de la anterior en tanto es una técnica que utiliza básicamente la retirada de atención, por lo que muchos de los principios allí expuestos son válidos aquí pero con algunas matizaciones.
  Delante episodios de agresividad, puede utilizarse la técnica de "tiempo fuera", en el que el niño se le retira físicamente del espacio actual para trasladarlo a su habitación u otro lugar, por un breve espacio de tiempo.

 Orientaciones para proceder adecuadamente:
1- El sitio al que lo retiremos temporalmente debe ser un sitio en el que no tenga al alcance juegos u otras compañías para entretenerse. No se trata de buscarle un sitio hostil sino un sitio que sea aburrido con escasas posibilidades de que pueda hacer algo para pasar el tiempo
 2- Debemos trasladarlo inmediatamente después de aparecer la conducta o en el momento que ha llegado a un punto insostenible.
3- explicarle, con un tono calmado pero seguro e imperativo, el motivo de su retirada. La idea es lanzarle un mensaje muy claro de que ha hecho algo mal y que estamos disgustados con él.
4- El tiempo de aislamiento normalmente se calcula en base a un minuto por año del niño con un máximo de 5  minutos.
5- Si cuando lo vamos a buscar nos vuelve a regalar con conductas inadecuadas, hay que advertirle que si quiere salir deberá estar al menos 15 segundos sin efectuarlas.
6- Como en todas las técnicas basadas en la retirada de atención, recuerde que deben introducirse momentos de atención hacia el niño contingentemente a la aparición de conductas deseadas. El refuerzo verbal y físico (halagos, abrazos)
C). Economía de fichas. Coste de la respuesta
No nos ayuda nada que el niño obtenga regalos o juguetes de forma fácil pese a que presenta comportamientos disruptivos. Formando parte de un tratamiento más global, la técnica de denominada de "economía de fichas" suele funcionar muy bien para regular los refuerzos que recibe el niño. Para obtener un premio (juguete, salida a parque temático, excursión, etc.) deberá efectuar una serie de conductas deseadas (o dejar de hacer otras) que deben concretarse.
Tras efectuar esta conducta se le dará inmediatamente un reforzador (puntos, fichas...) que el niño ira recogiendo hasta llegar a una determinada cantidad, momento en el que se le entregará el premio final. También se pueden pactar pequeños premios inmediatos para ciertas conductas deseadas al tiempo que se acumulan puntos para el premio mayor (refuerzo demorado). Lo importante es conseguir que el niño se dé cuenta que obtiene mayores beneficios y privilegios actuando de forma correcta.
 LA TÉCNICA DE LA TORTUGA (Programa de autocontrol)
OBJETIVO: Enseñar a controlar sus propias conductas disruptivas.
TIPO DE CONDUCTAS: De impulsividad: agresiones, conductas disruptivas.
APLICACIÓN: Medio natural: hogar, aula
 ¿EN QUÉ CONSISTE LA TÉCNICA?:
“TORTUGA – RELAJACIÓN – SOLUCIÓN DE PROBLEMAS”
Esta técnica utiliza la analogía de la tortuga, la cual como bien se sabe, se repliega dentro de su concha cuando se siente amenazada.
De la misma manera, se le enseña  a replegarse dentro de su caparazón imaginario cuando se sienta amenazado/a, al no poder controlar sus impulsos y emociones ante estímulos ambientales, etc. En la práctica:
  • Se enseña a responder ante la palabra clave “tortuga”, encogiéndose, cerrando su cuerpo, metiendo la cabeza entre sus brazos. Después de que  ha aprendido a responder a la tortuga, se le enseña a relajar sus músculos mientras hace la tortuga.
  • Se enseña a utilizar las técnicas de solución de problemas para evaluar las distintas alternativas para manejar la situación que le ha llevado a hacer la tortuga.
El primer paso en el aprendizaje de la Tortuga es definir específicamente en qué conductas disruptivas objetivo nos gustaría que el/la niño/a utilizara la tortuga. Es importante definir las conductas objetivo para que sean fácilmente observables, y se puedan distinguir  perfectamente cuales son dentro del repertorio conductual.
cuento de la tortuga:
“La pequeña Tortuga iba a la escuela cada día más contenta, y se introducía dentro de su concha cada vez que otros/as niños/as le pegaban, le insultaban, le rayaban en su hoja, o cundo ella se encontraba rabiosa, enfadada sin saber muy bien el motivo... Su profesora estaba muy contenta y le animaba a que lo siguiera haciendo y a veces le premiaba. Pero la pequeña Tortuga en ocasiones tenía sensaciones de enfado o rabia, o se encontraba mal después de que se metieran en su concha y aunque se quedara allí, no desaparecían. Ella quería ser buena llevarse bien con sus compañeros, obtener el premio que a veces le daban, pero los sentimientos de enfado a veces eran muy fuertes y le tentaban diciéndole “Pequeña Tortuga, por qué no le devuelves el golpe cuando el/la profesor/a no te está mirando y te quedas tan tranquila...” La Tortuga no sabía qué hacer, estaba muy desconcentrada, ella quería meterse dentro de su concha pero estos sentimientos de enfado la tentaban para hacerlo mal.
Entonces recordó a la vieja y sabia Tortuga que la había ayudado hacía tiempo. Antes de ir a la escuela corrió a la casa de la enorme Tortuga, se lo contó todo y le preguntó que podía hacer. Le dijo: “Tengo sentimientos de enfado en mi estómago después de meterme en mi concha. Los sentimientos me dicen que pegue pero yo no me quiero meter en líos, ¿qué puedo hacer para detener mis sentimientos de enfado?”
La Tortuga más sabia de las sabias, Tortuga de la ciudad, tenía la respuesta, sacudió por un momento su cabeza, se quedó un rato callada, y entonces le dijo a la pequeña Tortuga:” Cuando estés dentro de tu concha, relájate. Suelta todos tus músculos, y ponte en situación como si te fueras a dormir, deja que tus manos cuelguen, relaja tus pies, no hagas nada de fuerza con tu tripa, respira lenta y profundamente, deja ir todo tu cuerpo y los sentimientos de enfado también se irán... piensa en cosas bonitas y agradables cuando te estés relajando. Si no te sale yo le diré a tu profesor que te enseñe.”
A la pequeña Tortuga le gustó la idea. Al día siguiente cuando fue a la escuela se lo contó a su profesor todo lo que la vieja Tortuga le había enseñado. Cuando un compañero le hizo rabiar se metió en su concha y se relajó, soltó todos sus músculos y se quedó un ratito fijándose cómo la tensión y los malos sentimientos desaparecían. La Tortuga se puso muy contenta, continuó consiguiendo más premios y alabanzas y al profesor le gustó tanto la idea que le enseñó a toda la clase.” 
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