Me situé al final del aula como mera espectadora. La ubicación de Andrés en el aula es al final de la clase, en una mesa redonda con cuatro compañeros más.
La tutora me comenta que estos alumnos también "van por detrás que los demás compañeros en lo curricular".
Con la separación y descriminación de este grupo de alumnos, fomenta en la clase, una segregación por niveles. Siendo esto, para Andrés, y para los demás, muy perjudicial para su desarrollo evolutivo.
La profesora al comenzar a explicar la ficha, da varias informaciones a la vez, empleando conceptos para la explicación demasidos abstractos y difíciles´, para la comprensión de una niño de 3 años, además estas explicaciones no van acompañadas de otros soportes (como lo visual) para facilitar la explicación.
A la hora de explicar, lo hace escribiendo en la pizarra y hablando a la vez, para la comprensión de Andrés esto resulta muy dificultoso, ya que está el último de la clase a lo que hay que añadir su retraso madurativo. Como Andrés no entiende las explicaciones, se aburre, y empieza a molestar a los compañeros. La tutora inmediatamente le riña de una manera enérgica y autoritaria. Andrés no hace caso a la riña, y la tutora le castiga llevándole a otra clase.
Desde mi punto de vista este castigo es un error, aunque la tutora no quiera le esta reforzando de manera indirecta la conducta inadecuada, ya que observé que se fue muy contento a la otra clase, sería porque estaba aburrido en la suya.
Además, la tutora no proporciona una ayuda individualizada ni especializada, y tampoco emplea los métodos educativos adecuados.
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